lunes, 28 de noviembre de 2011

Media maratón de Alzira


Esta foto se ve así de fatal porque no he sabido descargarla en tamaño original (igual es que ni se podía).

Si hubiera una tecla aquí que pusiera NO ME GUSTA, le daría sin pensarlo dos veces.

No me gusta el asfalto. Antes lo tenía claro, pero ahora más.

Decidir hacer de nuevo un maratón de asfalto, es lo que tiene...que hay que entrenar por asfalto aún sin tener ganas. Son cosas que suelen pasar cuando una es impulsiva hasta decir basta y decide ahora, pero piensa mañana.

Llegó otro año más la media maratón de Alzira (mi ciudad y club). Era la 14ª edición nada menos y yo nunca la había corrido. Conozco esas subidas y bajadas como la palma de mi mano, ese recorrido duro pero bonito, ese paseo inigualable por mi querido valle de la Murta...pero siempre había ayudado en la organización haciendo fotos o repartiendo aguas. Sé que en el fondo era por la pereza que me daba tener que correr por esos caminos relajantes cronometrada.

Este año se me acabó el chollo, el mister (compi del club de triatlón) me mandó correrla. Quise buscar excusas, pero no las había. Tampoco era lógico que yo quisiera que las hubiera. Es como si el que quisiera hacer una travesía a nado se negase a meterse en el agua. Las tonterías las hacen los tontos. Se ve que yo soy un poco tonta.

Me costó la decisión. Mentira...me costó asumir que lo había decidido ya y no había escapatoria. Me costó dormir. Mentira...dormí más bien poco porque le pasé mi virus labial a mi niña y se le llenó la boca de llagas. Levantarse con sueño y pensar en las subidas de asfalto me puso las pulsaciones a mil desde buena mañana. Como diría mi madre "si te lo mandaran, no lo harías". Me lo habían mandado y no lo quería hacer.

Fui a por el dorsal (menos mal que la carrera sale a un paso) y volví a casa, dándome un margen por si todavía me rajaba.

A las 10.25, con el tiempo justo salí dando un beso a Luna para no pensar y a las 10.30 sonó el disparo de salida.

Tenía que correrla a 6'/km y según mi gps la hice a 5.52. Por ese lado todo bien, en realidad no me puedo quejar, porque a pesar de todo me sentí fuerte, subí tranquila, disfrutando de mi territorio y la llegada fue espectacular (con 1 km de bajada, alfombra roja y pasillo animador)...pero por otro...todo teclas, teclas que no tengo nunca en montaña...que si pinchacitos en un gemelo, que si dolor en las rodillas, que si patatín que si patatán...todo cosa del asfalto, que me sigue pareciendo matador para las articulaciones y eso no me gusta.

Hoy tendría que correr 35' (descanso activo que dice el mister), pero no sé yo si no los correrá Rita la cantaora (o la Barberá, que tampoco le iría mal). Me duelen los lumbares, me duele una rodilla al bajar escaleras, me duele un isquio y un gemelo...¿alguien da más?...

A mi tras las carreras de montaña no me duele NADA.

Hacía 2 años y 3 meses que no participaba en una carrera de asfalto (la última fue en Agosto 2009, el maratón del río Boedo, como preparación para la transalpine) y la verdad es que ayer me dí cuenta de lo poco que las echaba de menos.

Hay gente que no entiende que haga afirmaciones tipo "no estoy para correr un maratón" y luego me casque carreras largas de montaña como el que va a comprar al mercadona, pero es que prometo que para mi no tiene nada que ver una cosa con la otra y que aunque suene un tanto extraño, la montaña me resulta mucho más sencilla.

Ahora ya a lo hecho pecho y seguiré adelante con los entrenes para el maratón porque es lo que había decidido y planeado, pero no sé yo si me pillarán a mi en muchas más de estas.

Cuando ayer supe que a todas las mujeres que participamos en la media nos regalaban la inscripción para la del año que viene...pensé..."pues menuda putada"!!!...(es que soy tan ceniza, que luego igual llega la fecha y no sé decir que no!).

Como anécdota especial me quedo con un comentario de una niña de unos 3-4 años a la que le choqué la mano al pasar diciéndole "gracias guapa"...y se giró y le dijo a su mamá..."mami, yo quiero que gane esa chica de azul". A partir de ese momento, ya me sentí ganadora.

Más todavía si cabe, cuando llegué a meta y otra niña, la de mis ojos, me esperaba.

Pd: a pesar de mis desavenencias con el asfalto, todo lo que pueda decir de esta carrera, su organización, su recorrido, sus regalos y su ambiente, es muy positivo. La verdad es que cada año se lo curran más y lo hacen mejor. Toni, Francisco, Luis & company, enhorabuena.

Pobrecita mi pequeñina, mirad qué carita de enfermita tiene.


martes, 15 de noviembre de 2011

Finde en el Toboso


Necesitaba un respiro y lo he tenido.

El fin de semana con nuestros amigos de Valladolid por tierras toledanas ha sido muy relajante y divertido...y estomacalmente bien cumplido (que se lo digan a mi Lunita que cualquier día se come un menú de 8 personas sin respirar).

Una de las veces que Juan y Coke hicieron el camino de Santiago, conocieron y se hicieron muy buenos amigos de dos chicas vallisoletanas (hace cosa de 12 años o así). Desde entonces hasta ahora han seguido manteniendo contacto a través de mails y teléfono...y también con alguna que otra visita que nos hemos hecho unos a otros.

Ahora todos tenemos parejas e hijos, por lo que este encuentro ha sido algo diferente al vivido anteriormente en Sacedón (en el 2008 creo recordar) en el que dejamos la casa rural patas arriba con nuestras largas noches y nuestras jaranas.

Esta vez también hubo risas y largas sobremesas, pero a partir de las 8 de la mañana los peques tocaban diana y no había ni dios que pudiese seguir durmiendo, por lo que pasarnos demasiado de rosca casi daba hasta miedo!!...Qué energía tienen estos niños, por dios!!!...

Tal ha podido ser el despeje y el portarse medianamente bien que hasta una mañana Coke y yo salimos a entrenar por la meseta. Nos sorprendía a la vista ir por caminos de tierra rodeados de viñedos y ver tantas llanuras y caminos infinitos. Tan cerquita de la comunidad valenciana y mira que es diferente castilla-la mancha!.

No nos encontramos con D.Quijote, ni con Dulcinea, pero sí con los molinos de viento a los que tanto temía el famoso hidalgo. Ahí fue cuando le entendí. En esta vida vemos gigantes donde no los hay cuando algo nos debilita emocionalmente. Yo me siento débil últimamente. Tengo motivos para ello, pero no pienso dejarme vencer. Mientras hay vida hay esperanza...y mientras tenga el arma del cariño y la entrega, ningún gigante podrá conmigo.

Gracias a todos los amigos que siempre estáis ahí para ayudarme a luchar contra mis miedos. Gracias a las vallisoletanas y sus familias por tanta alegría y tanto encanto. Gracias a mis alzireños por ilusionarme con estos viajes de fin de semana desconectadores y mágicos. Y como no, gracias a mi Luna, que es mi guía, mi luz, mi sonrisa y mi amor por la vida todo en uno.

Pd: por mis amigos Genín y Montse, voy a volver a poner la opción a los comentarios. Sois muy amables siempre con vuestras palabras por aquí o por mail...y os lo debo. Besos.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Yo no subo montañas, me las como!

Cokito y yo tras hacernos los valientes y quitarnos las chaquetas, que hacía un biruji de 8ºC al empezar la carrera...Luego cascó un calor de 3 pares
Al ver aquellas antenas allá arriba al llegar al pueblo de Chelva, Coke y yo nos miramos con cara de question y nos lo afirmamos al unísono..."fijo que hay que subir ahí"...y así fue.

Esta foto nos la hacían en la 3ª subida, donde no sabías si reír o llorar al leer un cartel que ponía..."no hay dos, sin tres"

No dormí casi nada. El puñetero cambio de hora me hizo estar nosénicuantorato pensando antes de acostarme, cambiando relojes, agobiándome al creer que igual cambiaban automáticamente, calculando, poniendo la hora real, la del día siguiente, la irreal y la imaginaria en todas partes...volviendome majara, vamos.
Añadido a eso mi niña se había puesto malita de la garganta y se despertaba llorando cada dos por tres...y sin querer tomar teta porque le dolía al tragar!!!...yo no podía dormir, las tetas se me salían hasta del colchón y de imaginarme correr con aquel sobrepeso al día siguiente, me llevó a soñar que perdía el sujetador y que no podía soportar cargar con ellas montaña arriba.

Menos mal que nunca nada es tan duro de vivir como lo imaginamos y que cuando crees que algo va a poder contigo, sacas fuerzas no sabes ni de dónde, aprietas los dientes y tiras para adelante como el mismísimo increíble hulk. Todos somos fuertes. Solo hay que aprender a confiar en nosotros mismos.

A mi ir con Coke me da mucha confianza. Hablamos mucho, nos sinceramos mucho si nos sentimos mal o bien subiendo o bajando, nos reímos el uno del otro, nos animamos y nos emocionamos al cruzar cualquier meta.

La risa floja empezó cuando recogiendo el dorsal oímos por los altavoces que por un pequeño error de cálculos, la carrera en lugar de 21kms tenía 22,2 kms y que en la cima del pico del remedio podía esperarnos un fuerte viento frío. Mira tú, qué alegría!...

Hasta que no llegué a la cima del 1er pico y descansé, fui algo ahogada. Tenía una sensación increíble de llevar las pulsaciones a mil. Como le dije a Coke, excusas había para dar y vender, así que daba igual, el caso era llegar poco a poco y recuperar cuando pudiese.
Esa primera subida fue mataora para muchos, se retiró gente, alguno ví vomitando y muchos parando a sentarse incluso.

Al llegar arriba, digo yo que psicológicamente me dió subidón y como sabía que esa era la peor subida y ya estaba hecha, me relajé y ahí empecé a disfrutar de lo lindo.

Corrimos un montonazo de kilómetros sin ver a nadie a nuestro alrededor. A mi esos momentos me encantan. Es como si toda la montaña fuera un regalo para ti, como entrenar con un amigo sin presiones, tiempos, relojes, ni límites...pudiendo hablar de temas tan variopintos como mis miedos como madre, el ché guevara, la muerte de mi tío tasete, la fuerza de mi padre, de lo manitas que es Ana (Coke's wife) o de lo zampón que es Juan.

3h 55 minutos dan para mucha conversación.

Como bien dice Coke, si tardaramos lo que tarda el ganador, no nos daría tiempo a charlar nada.

A partir del avituallamiento del km 10, caí rendida a los pies de la organización de la carrera de Chelva. Platos llenos de gominolas de todos los colores y sabores!!!!!!!!!!...me quería quedar allí y no seguir!!!...quería acabarmelas todas!!!..."llévate más, que el azúcar te irá bien para la siguiente subida" (me decía un chaval de la organización)...
En cada avituallamiento cargué con unas cuantas en el bolsillo de las mallas, pero no me duraban ni 300 metros!!!...Qué vicio por dios!!!

Tras el km 17 o así, ya todo para abajo. Corrimos como alma que lleva el diablo (bueno...unos minutos más lento quizá) y aunque Coke intentó convencerme (quería autoconvencerse) de que había visto en un avituallamiento que en realidad eran 20kms, cuando mi reloj pitó el 20, íbamos por un secarral más solos que la una, así que no hubo más remedio que terminar la carrera del remedio, con sus 22kms 200 metros tal como había sido anunciado de buena mañana.

Mandé un beso al aire para Tasete al cruzar la meta, me abracé a Coke con el mismo cariño de siempre y a pesar de que tengo muchas razones para sentir algunas penas, me sentí feliz.
Correr me hace feliz y si algo me acaricia el alma e influye positivamente en mi paz interior, es saber que ese antídoto para todos los males, lo voy a tener siempre.

Pd: Refelicito desde aquí a mis amigos Sergio y Alicia (pareja de maquinorros montañeros de Alzira, que este año disfrutaron de la transalpine), porque Alicia fue la 1ª chica que cruzó la meta en Chelva. Vimos la entrega de premios mientras nos zampábamos un bocadillazo que nos dió la organización...y rechupeteaba un platazo de gominolas!