viernes, 27 de septiembre de 2013

And 20 years later...









20 años son muchos años. Es cierto que la vida pasa rápido, pero también lo es el hecho de tener millones de vivencias cada nuevo año. El tiempo vuela, pero siempre lo hace de forma intensa o de eso se trata si lo que se pretende es vivir...


Cuando empecé a ver a mis ex-compañeros en aquel Student centre del South Bank University el sábado noche 20 años después, fue casi como sentir que el tiempo no había pasado. 
Reconocí todas las caras. Puse nombres de nuevo de quienes los había olvidado. 
Nos besamos, abrazamos, comimos, bebimos y hablamos y hablamos y hablamos. Nos contamos las vidas. Nos enseñamos fotos, vídeos. Quisimos resumir lo más brevemente posible todo ese tiempo pasado. 
Fue especial. Algo distinto a todo. Amigos que lo fueron en su día volvían a ti como si nada hubiese cambiado.

Como el mundo es tan pequeño y locos hay en todas partes, charlé con Laurent (francés) sobre su iniciación a las carreras ultras, también con Brigitte, cuyo marido no deja km por recorrer ni país por visitar. Hasta casi me dejé liar para la eco-trail de Paris del próximo mes de Marzo. Vamos, que fui feliz de volver a verles y de tener tantos temas comunes de los que hablar sin haber sabido unos de los otros durante tanto tiempo.

Me encantó la experiencia del reencuentro. Sería bonito volver a verles dentro de otros 20 años (con dentaduras postizas, como decía Cecile, una de las chicas francesas).

Si esas horas del sábado noche fueron especiales, también lo fue el resto del fin de semana compartido con Eva, Graciela (Erasmus Madrid) y Chiara (Italia) en el hotel que fue la antigua residencia de estudiantes. 
Eva fue mi compi de casa cuando estuvimos viviendo en Londres (adjunta foto de nuestra puerta, que volvimos las dos a visitar), con ella dormía y con ella volví a dormir ahora en el hotel.
El reírnos juntas tanto como antaño (me encanta la gente con la que no puedo dejar de decir tonterías, del disfrute que me causa oírles reír; Eva es una de ellas) fue sin duda lo mejor de todo. 

Aunque no puedo negar que salir a correr 18 kms el sábado temprano, por todo el centro de Londres, por sus parques (St Jame's, Green, Hyde Park, Kensington...), también tuvo su parte de megaevento para mi. Llegué incluso a llorar de emoción en algunos momentos. Tantos recuerdos agolpados en mi mente, me hicieron comprender el motivo de mi enamoramiento por Londres. 

Volví a casa hace 5 días...y todavía echo de menos la ciudad y a mis compis. Ojala no tarde tanto en volver allí otra vez!!...

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el Domingo quedé a comer también con mis niños (de 29 y 26 años ya), con los que viví 3 años después del Erasmus. Ha pasado mucho tiempo, pero yo sigo viéndoles y sintiéndoles igual que hace 17 años...son mis hermanitos pequeños, dulces, educados y cariñosos de siempre. A ellos les he visto ya varias veces desde entonces, pero aún así, estoy deseando que vengan de nuevo a Valencia y conozcan a mi pequeñaja Luna. Son parte de mi familia. Mi vida cambió mucho a raíz de vivir con ellos y compartir también tanto con su madre (que falleció en el 2007)...y eso jamás lo podré olvidar...ni a Carol (my English mum), tampoco. 

Nada, que estoy de un ñoño que no hay quien me aguante...y ahora me iba a poner a hablar de carreras y retos, pero hoy no me apetece. Otro día será..., don't worry, que no pasarán 20 años...

Happy weekend to everybody!!


viernes, 13 de septiembre de 2013

Toc, toc?...oui, c'est moi (y la rutina volvió)


De picnic con los amigos

Nuestros peques

Los chiquititos

Las mamás

                                                                    Las adolescentes
                                             Día de la pulpada, con posterior pintada facial

La 8ª edición de mi carrera, que este año volvió a batir récord (77).
mi chica tras nadar en el pantano

Fiesta cumple sorpresa a mi amiga Syl


Una noche de juerga de entre tantas
 
 
Pasan los años y sigo siendo igual de feliz cada vez que piso la tierra gallega de mi padre. Haber veraneado allí desde siempre, tener a los mismos amigos con los que reencontrarme cada año, que ahora nuestros hijos disfruten juntos, que sigamos riendo, saliendo y bailando como cuando teníamos 15 años, es siempre la guinda del pastel que completa  lo mejor de mis vacaciones.

Recuerdo mis viajes en coche de vuelta a casa de pequeña llorando a moco tendido hasta llevar más de 100kms de recorrido. Recuerdo a mi padre diciendo que parase de llorar porque el año pasaba volando. Recuerdo cuánto se me encogía el corazón al oír la palabra "año" (eso aún me hacía llorar más). Recuerdo la emoción que sentía, meses más adelante, al recibo de cada carta escrita a mano.

Este año vi a las hijas adolescentes de algunas de mis amigas llorando así al despedirse y volví a recordar aquella tristeza. ¿Será que los años y la experiencia nos hacen más fuertes o que simplemente el sentido de la vergüenza nos va en aumento?...no lo sé...pero yo desde luego que las entiendo, al igual que entiendo los lloros de los niños estos días cuando empiezan el colegio (yo también hubiese ido llorando a trabajar mi día de vuelta...pero me aguanté, más que nada porque no me acompañó mi madre para consolarme!!!).

Todo llega y todo pasa, pero yo tengo una facilidad tan tremenda para la desconexión, que luego no me reconecta ni el tate. Me ha costado volver, pero aquí estoy de nuevo...y con muchas novedades que contar próximamente.

Arrivederci y feliz fin de semana!!!