lunes, 23 de junio de 2014

Maratón nocturno de Chiva...ZZZzzzzzzz

Con mi querido Javi M. Él y su purito antes de cada carrera.

Con Pedro Mas (ese Sanus!!)

Con mi amigo Rafita, que llevaba ya 30kms en las patas.


Javi M. y yo en el bus hasta la salida

Javi, Silvia, moi y Rafita minutos antes de empezar

Mi bocadillazo de tortilla y yo, tras cruzar la meta. 
Cuando una mira la web de una carrera y se queda solo con 3 datos mataos, como pueden ser, distancia, lugar y fecha, después pasa lo que pasa…
Lo gracioso es volver a ella tras terminar y ver que todas las pistas de la locura que ibas a vivir, estaban bien claras…
¿Qué podíamos esperar de una carrera en la que el 54.5% del recorrido fuera “senda/zona técnica”...en la que hubiera tantos puntos de atención médica…o que empezando ya por el principio le llamasen maratón y tuviese 43.5 kms (que acabaron siendo 44.4)???...
Pues eso…que lo raro hubiese sido que aquello fuese fácil…

Llegar a Chiva y ver el fiestón que tenía el pueblo organizado, con disco móvil bakalaera, las calles llenas de gente, ambientazo por todas partes…y preguntar así al azar si sabían dónde era la entrega de dorsales de la carrera y que contestasen…¿carrera, qué carrera?...me hizo sentir ya, que a subnormaladas de esta calaña, nos apuntamos nada más que unos cuantos inconscientes.

De entre ellos, allí estaban mis amigos Javi Muñoz y Rafita Martínez (el primero habiendo corrido ya un trail de 20 kms esa mañana y el segundo habiendo participado en 3 carreras de 10kms durante el día)…Si, aún hay más inconscientes que yo.
Tras saludarles, me puse a buscar a Pedro Mas entre la gente, hasta que apareció y por fin pudimos conocernos. Gran chaval este Pedro…Somos Sanus, no podía ser de otra manera.

Rafa me presenta al grupito con los que había decidido ir (ya que a mí la noche me confunde y tenía claro que sola por la montaña no iba a ir) y allí entre risas y fotos, llegó la hora de salida del bus que nos iba a llevar al inicio de carrera.
Javi Muñoz y yo nos sentamos en última fila junto a Ashaman, en plan los bordes de la clase… y vamos todo el camino riéndonos y haciendo el aca.

Llega la hora, bajo el arco de salida nos juntamos todo el grupo para hacer piña y salvaguardarnos de los gamusinos (Silvia, Javi, Miguel, Rafa y yo).
Nos acabamos de conocer (excepto a Rafa que ha sido el nexo de unión) y ya nos estamos riendo de los frontales, luces traseras, relojes varios.
Música genial y super fuerte en medio del silencio de la naturaleza. Cuenta atrás todos a la vez…10, 9, 8…y salimos!

El recorrido empieza divertido, 4 kms hacia arriba, como quien no quiere la cosa…Vamos todos bien, tranquilos, todavía hablando y disfrutando.
Javi y yo nos vamos adelantando a ratitos, Silvia se agobia de ver que Rafa no está en su mejor noche para un maratón y no para de pedirnos que nos vayamos los dos, que se queda con ellos (Miguel y Rafa). Yo no tengo prisa y Javi no quiere irse solo, así que seguimos adelante juntos.
Casi todos ellos llevan unos frontales con mogollón de lumens. Yo, que creía que “la vista se me haría al entorno”, no veo tres en un burro con el mío y voy tropezando cada poco rato.
Mi torpeza corriendo con frontal llega a niveles insospechados. No controlo donde voy a pisar y eso me hace sentir insegura y limitada total, así que me viene genial ir a un ritmo más bajo.
Parece que Rafa se ha quedado atrás. Silvia le va pidiendo que abandone en el próximo avituallamiento porque no va bien. Si uno no se ve fuerte desde el principio, ponerle punto y final es lo más inteligente. Eres muy grande Rafa!.

Poco después Miguel también empieza a pasarlo mal, con vómitos y mareos. Seguimos y paramos sin saber realmente qué hacer. Silvia me dice que Miguel abandona y que se va a quedar con él en el avituallamiento del km 15. Le pego la paliza para que se quite esa absurda idea de la cabeza. Ella va bien y lo puede hacer, pero le agobia ser un “lastre” (palabras de ella) para Javi y para mí, además de dejar a Miguel solo.
Tenemos unos largos minutos de dar vueltas a la situación y finalmente Miguel se queda en el siguiente control de dorsales. Silvia se viene. Va llorando, asustada por cómo está Miguel de mal. 
La tranquilizo como puedo y seguimos los 3 sumidos en una oscuridad, silencio y cuestas totales.

Así, caminando, corriendo y parando, vamos juntos, contándonos la vida, conociéndonos y sabiendo de cada uno de nosotros. Nos reímos de ver que yo me consideraba un poco perro verde, pero Silvia resulta serlo más. Voy disfrutando mucho porque no me estoy esforzando en exceso, lo reconozco, pero como mi intención era entrenar muchas horas y no hacerlo sola, voy feliz de estar viviéndolo como pretendía. Silvia y yo competimos en caídas. Voy ganando 3 a 2, hasta que en la 3ª de Silvia, cae sobre una planta venenosa llena de pinchos y se hace el brazo a cruces. En el avituallamiento del km22, está la médica que me había presentado Javi Muñoz en la recogida de dorsales, que la mete en la ambulancia para curarla. El otro Javi y yo nos ponemos finos esperándola (almendras, plátanos, sandía…de todo) y charlando con los que han abandonado en ese avituallamiento.

Seguimos, y en un subidón allá por el km 24, nos encontramos con Héctor, un chico que va solo y que se apunta a nuestro grupo. Pasamos unos tramos muy complicados de cuerdas, abismos, zonas en las que prácticamente había que escalar. Yo en alguno paso un miedo del copón, pensando incluso en mi amigo Coke y en lo bien que hizo en no querer apuntarse (que tiene un vértigo gigante).
Javi ha tirado para adelante al empezar a hacerse de día y nos hemos quedado Héctor, Silvia y yo.
Unos kms más adelante, sobre el 29, empiezo a sentir un sueño tremendo…indescriptible la sensación. Sentía hasta mareo, con ganas de tirarme al suelo directamente y dormir. Vamos andando todo el rato y yo siento que he de correr para espabilar o algo. Voy tomando gel con cafeína pero me da asco y encima no noto el despeje que tenía que producirme.
Empiezo a correr con ganas y parece que voy despertando. Les dejo atrás pero me planteo correr sola y esperarles en el avituallamiento del km 32.

En este avituallamiento me río mogollón. Están con la música maquinorra a tope, de día ya, medio borrachos la mayoría, con sus botellas de alcohol casi acabadas. Bebo 2 vasos de coca-cola seguidos, como si me la quitaran. Cojo un sándwich de nocilla y me siento en una silla, me quito las zapas y los pinchos que llevo. Charlo con ellos. Son super atentos y encantadores. Allí hay otro chico que ha abandonado (otro Javi, era la noche de los nombres repes), que hablando conmigo decide que cuando lleguen Héctor y Silvia se viene con nosotros para intentar acabar.
Llegan los dos, cansados pero contentos de saber que sólo nos quedan 11kms. Comen también sándwiches de nocilla. A Silvia le entra otra llorera emotiva. Ya sabe que esto está hecho. A la falta de azúcar lo achaca ella.
Seguimos adelante los 4, caminando, poco a poco, subimos otro cuestón de 3 pares de cojones. De nuevo me viene el ataque de somnolencia. Les oigo hablar y yo estoy más pallá que pacá otra vez. Al llegar a la cima, les pido que trotemos otro poco porque es que me vuelvo a dormir a lo bruto (incluso pensaba… “parece que me hayan hipnotizado, ¿qué leches me pasa, con lo que aguanto yo de marcha???”!!)…
Sigo y sigo adelante, corriendo cual gacela y sintiéndome mucho mejor. Les pierdo de vista, pero es de día total, Silvia va bien acompañada y ya no me siento mal de dejarla.
En el km 38 viene el regalo de la carrera…una subida con un desnivel del 45% nada menos…Subo tranquila, pego la sudada del siglo, lo que no había sudado en toda la carrera y por fin…último avituallamiento. Por allí aparece Miguel, que está esperando ya a Silvia. Me alegra muchísimo saber lo contenta que se pondrá de verle bien.
Del 38 al final, km44.4, voy corriendo, estoy en la última cima, con una sensación genial…como si acabara de empezar la carrera. Envío energía desde las alturas a mis dos amigas Elena (Muñoz y Amat) y a mi amigo Manolo, para que los 3 se recuperen pronto y bien.

Ya estoy en Chiva y me animan los policías, también algunos jóvenes que probablemente, al igual que yo, tampoco se hayan acostado.
“200 metros” me dice un señor… “ya lo tienes” me dice otro.
Llego a meta y la gente que hay me aplaude mogollón. Me siento hiper fuerte. No me duelen las piernas, ni llevo las pulsaciones altas ni me siento desfallecer de sueño.
Una vez más, he conseguido llegar y como dice Louise L. en mi agenda, hacer realidad mis sueños.
“El mundo necesita de soñadores prácticos, soñadores que no se contenten con soñar, sino que tengan el firme propósito de hacerlos realidad.
Recuerda que todo empieza en la mente antes de materializarse. Sueña”.
Rafa, que nos esperaba en meta, me da un abrazo enorme que me llega al corazón.


Pd1: Espectacular organización. Amabilidad y simpatía a raudales. Me gustó mucho como se portaron absolutamente todos. La carrera era muy dura, muy técnica y con mucha tierra y piedras resbaladizas, pero me encantó ir.
Pd2: En cuestión de minutos me bebí al llegar 3 aquarius y me zampé un bocata tortilla tamaño brazo de Sansón. Esperé la llegada de Silvia, Héctor y Javi para darles la enhorabuena, así como a María (la coche escoba de la carrera), por tan buen trabajo de tiempos realizado.
Pd3: Llegué a casa sobre las 10.30 de la mañana…y por culpa de la puñetera cafeína…¡¡¡no me pude dormir!!!...