lunes, 26 de noviembre de 2012

Carrera montaña de Alcalalí

No voy riendo porque me lo provoque el cuestón que estoy subiendo, sino porque el fotógrafo estaba justo tras una piedra y no le ví, por lo que casi me da un espasmo. Le solté: "joder, qué susto!!!...pensaba que eras un jabalí!!"...
 
Esta carrera de 13kms de montaña, fue algo así como imprevista. Me inscribí tiempo atrás por error (si, por error de fechas, que soy así de atolondrada) y no pensaba ir. De hecho, ya tenía apalabrado con la organización que me guardaran el dinero para otra que harían en Febrero, pero por tema de lluvias, cambiaron su celebración del 18 al 25 de Noviembre y ese día sí que podía ir.
Se ve que tenía marcado en mi destino participar en ella y yo como a mi destino no me opongo, a no ser que no me guste lo que me trae, allí en la salida como un clavo amanecí.

Nada más salir por la puerta de casa, ya me arrepentí de ir de corto. Qué frío rascaba a las 7.30 de la mañana!!....pero como iba sola hasta allí (un pueblo de Alicante) y sabía que necesitaría mi tiempo por si me perdía (solo fueron 3 veces), no volví a subir a casa;  así que me hice la chula, miré de reojo a mis pelos de punta haciéndoles caso omiso, subí al coche cual alma que lleva el diablo y encendí la calefacción a temperatura brasero mesa camilla.


Así de bonito amanecía por la autovía. Más sola que la ONE...ni un puñetero coche...
 
Yo suelo ser de las vagas. De esas que ve a la gente corriendo (calentando) antes de empezar la carrera y piensa "pues vaya ganas"...pero esta vez el frío luchó a palos contra la vaguería y me puse a subir y bajar por los alrededores de la plaza cual peonza, hasta la hora de salida. No había quien me quitara los tiritones! y es que eso de ver a la gente en tirantes con apenas 6 grados mañaneros, me hacía poner hasta cara de estalactita.

Salimos y aquello empezó con pleno al 15...todo para arriba y nada más que para arriba. Los 400 m de subida (500 en total según mi gps) los hice en modo "mindfulness", aunque me venían a la mente los amigos que corrían el maratón de Donosti y de vez en cuando tenía que recentrarme.
No sé si por cosa del mindfulness o por mi autoevasión mental perpetua, dos veces me equivoqué de camino. Menos mal que intentaba ir consciente de las balizas, que sino, fijo que acabo playeando por la arena de Jávea!!!

Poco antes de empezar la bajada me dió alcance una chica y como ya llevaba mucho rato sin hablar decidí que era hora de darle rienda suelta a la lengua, que sino la pobre iba a acabar recriminándome el haberla llevado al mismísimo umbral del aburrimiento. La compi en cuestión era de las mías...así que nos contamos media vida en esas cuestas de piedras sueltas hacia abajo, pero sin dejar de correr, que tampoco estábamos de tostadas y café.

Teníamos claro que no debía quedar mucha gente detrás de nosotras, por lo que cuando cruzamos meta y nos entregaron los papelitos con los tiempos y posiciones, nos entró la risa. Yo había quedado 5ª de las veteranas A y ella 1ª de las veteranas B. Toma ahí campeonísimas runeras de la muerte!!!!!!!!! Más contentas que unas castañuelas nos dimos un abrazo enorme y nos dispusimos a quedar para la próxima...(no sin antes pegarme un atracón de bizcochos caseros que había puesto la organización de "chúpatelosdedosyrepite". Gracias a ellos, casi salí de allí rodando!!!. Lástima enterarme de que el que había de chocolate, se lo habían terminado los primeros.
A la otra, tendré que correr más rápido!!).




viernes, 16 de noviembre de 2012

Mindfulness


Cuando hace unos meses, mi profe de pilates máquina me comentó que se iba a impartir un curso de mindfulness en su centro, mi pregunta fue la típica de aquel que no ha escuchado ese "palabro" en su puñetera vida..."¿mainfulquéeee?".
En aquel momento no me supo explicar muy bien de qué se trataba, ya que ella también iba a hacerlo por primera vez, pero con solo oirle decir..."es algo así como aprender a centrarnos en lo que hacemos sin tener la mente llena de pensamientos", supe que ese iba a ser el siguiente curso al que yo me apuntaría.

Y me apunté.

El curso consta de 8 sesiones. Voy ahora por la mitad.
Al principio me pareció todo muy idílico (sobre todo porque la primera práctica la hicimos comiendo una golosina), pero por mi manera de ser, pensé, erróneamente, que era algo imposible de llevar a cabo en mi día a día.
Ahora que ya llevo semanas yendo, estoy muy sorprendida de ver los resultados.

Viva el mindfulness y el oriental que lo parió!

Voy a intentar explicarlo con mis propias palabras, que si hago un copia/pega de alguna definición que haya por la red en plan lenguaje técnico, fijo que os pensais que me he metido en historias budistas con la intención de reencarnarme en Angelina Jolie (y eso que sí pensé que valdría la pena intentarlo tras leerme el divertido libro "maldito karma" -por cierto, gracias por dejarmelo Bibi, se lo he pasado a la otra Syl-).

El mindfulness es algo así como una forma informal de meditar. No significa limpiar la mente de todo pensamiento, pero sí de ser consciente, con todos los sentidos, de lo que hacemos en cada momento. Dejar de darle vueltas al pasado que ya pasó y dejar que el futuro llegue sin vivir esperándolo ni tergiversándolo en nuestra mente, a nuestro antojo y lo que es peor, antes de tiempo.
Centrarnos en el presente, aceptando que los pensamientos van y vienen pero dejándoles marchar, sin juzgarnos ni molestarnos por el hecho de que aparezcan (como dice el profe que me da el curso..."si te llega un pensamiento, lo dejas ir y te das un beso en la mejilla").
A mi ahora me vienen como difuminados, no llegan a hacerse visibles en mi mente. Estoy aprendiendo mucho más rápido de lo que pensaba y la verdad es que es una ayuda tremenda para vivir el aquí y el ahora sin importar nada más.

Siempre he sabido disfrutar bastante del presente, pero mi cabeza parecía muchas veces un cóctel molotov de ideas, pensamientos, recuerdos, miedos, de "ysis" del futuro (y si pasa esto...y si pasa aquello) que a veces no me dejaban ni dormir.
Espectacularmente, desde que lo empecé, duermo como un tronco...y lo que es mejor, si me despierto por algo (tengo pis o mi niña llora), en 5 minutos me vuelvo a dormir como si en mis películas de los sueños no hubiese habido parón publicitario.

Cada semana nos manda deber para casa. Primero fue pararnos a comer con conciencia al menos 1 vez al día. Después realizar alguna ducha semanal con conciencia. Más tarde, elegir algo que hiciésemos habitualmente y hacerlo con conciencia (yo elegí correr, como no)...pero es que así como quien no quiere la cosa, sin casi planteármelo, ya hago un montón de cosas con conciencia. Concienzuda que es una!!
Gracias a ello, he conseguido una "limpieza" mental, que hasta mi neurona mareada anda alucinada consigo misma.
Como dijo mi profe en la 1ª sesión, que es una máxima budista..."lo que se resiste, persiste. lo que se acepta se transforma".

Os puedo asegurar que si tu visión y tu mente dejan de divagar por el pasado y de temer al futuro, de repente el cielo se vuelve más azul, las flores más coloridas, los olores más intensos y la respiración más acompasada por los latidos de tu corazón.
Solo existe el hoy y el ahora...y sentirlo así, es disfrutar de la única realidad que tenemos, que es nuestro presente.


Pd: si a alguien le interesa tener más información, podéis curiosear por la página de Vicente Simón, donde hay audios para hacer prácticas guiadas o en la de la Asosación Mindfulness y Salud.