martes, 15 de noviembre de 2011

Finde en el Toboso


Necesitaba un respiro y lo he tenido.

El fin de semana con nuestros amigos de Valladolid por tierras toledanas ha sido muy relajante y divertido...y estomacalmente bien cumplido (que se lo digan a mi Lunita que cualquier día se come un menú de 8 personas sin respirar).

Una de las veces que Juan y Coke hicieron el camino de Santiago, conocieron y se hicieron muy buenos amigos de dos chicas vallisoletanas (hace cosa de 12 años o así). Desde entonces hasta ahora han seguido manteniendo contacto a través de mails y teléfono...y también con alguna que otra visita que nos hemos hecho unos a otros.

Ahora todos tenemos parejas e hijos, por lo que este encuentro ha sido algo diferente al vivido anteriormente en Sacedón (en el 2008 creo recordar) en el que dejamos la casa rural patas arriba con nuestras largas noches y nuestras jaranas.

Esta vez también hubo risas y largas sobremesas, pero a partir de las 8 de la mañana los peques tocaban diana y no había ni dios que pudiese seguir durmiendo, por lo que pasarnos demasiado de rosca casi daba hasta miedo!!...Qué energía tienen estos niños, por dios!!!...

Tal ha podido ser el despeje y el portarse medianamente bien que hasta una mañana Coke y yo salimos a entrenar por la meseta. Nos sorprendía a la vista ir por caminos de tierra rodeados de viñedos y ver tantas llanuras y caminos infinitos. Tan cerquita de la comunidad valenciana y mira que es diferente castilla-la mancha!.

No nos encontramos con D.Quijote, ni con Dulcinea, pero sí con los molinos de viento a los que tanto temía el famoso hidalgo. Ahí fue cuando le entendí. En esta vida vemos gigantes donde no los hay cuando algo nos debilita emocionalmente. Yo me siento débil últimamente. Tengo motivos para ello, pero no pienso dejarme vencer. Mientras hay vida hay esperanza...y mientras tenga el arma del cariño y la entrega, ningún gigante podrá conmigo.

Gracias a todos los amigos que siempre estáis ahí para ayudarme a luchar contra mis miedos. Gracias a las vallisoletanas y sus familias por tanta alegría y tanto encanto. Gracias a mis alzireños por ilusionarme con estos viajes de fin de semana desconectadores y mágicos. Y como no, gracias a mi Luna, que es mi guía, mi luz, mi sonrisa y mi amor por la vida todo en uno.

Pd: por mis amigos Genín y Montse, voy a volver a poner la opción a los comentarios. Sois muy amables siempre con vuestras palabras por aquí o por mail...y os lo debo. Besos.