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Día de la pulpada, con posterior pintada facial
Recuerdo mis viajes en coche de vuelta a casa de pequeña llorando a moco tendido hasta llevar más de 100kms de recorrido. Recuerdo a mi padre diciendo que parase de llorar porque el año pasaba volando. Recuerdo cuánto se me encogía el corazón al oír la palabra "año" (eso aún me hacía llorar más). Recuerdo la emoción que sentía, meses más adelante, al recibo de cada carta escrita a mano.
Este año vi a las hijas adolescentes de algunas de mis amigas llorando así al despedirse y volví a recordar aquella tristeza. ¿Será que los años y la experiencia nos hacen más fuertes o que simplemente el sentido de la vergüenza nos va en aumento?...no lo sé...pero yo desde luego que las entiendo, al igual que entiendo los lloros de los niños estos días cuando empiezan el colegio (yo también hubiese ido llorando a trabajar mi día de vuelta...pero me aguanté, más que nada porque no me acompañó mi madre para consolarme!!!).
Todo llega y todo pasa, pero yo tengo una facilidad tan tremenda para la desconexión, que luego no me reconecta ni el tate. Me ha costado volver, pero aquí estoy de nuevo...y con muchas novedades que contar próximamente.
Arrivederci y feliz fin de semana!!!
2 comentarios:
Hola Guadianita, guapa!!!
Me alegra verte tan feliz, te lo mereces, por ser una tia tan cojonuda!!!
Pos na, aquí a esperar a ver que cuentas... :))
Besos y salud
Y eso es lo que importa, tienes energía de sobra para eso y más. besitos
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